Back to the future.

Cuando era chica, con mi vecinita de al lado, armamos una "cápsula del tiempo" (no, nada parecido al DeLorean) que consistía en una caja de zapatos con todas cosas nuestras, y que quedaría sellada para abrirla 25 años después.
Me acuerdo que puse un envoltorio de Yummys, una carta escrita a los ciudadanos de futuro (donde les contaba quién era yo, que hacia todos los días e incluía un dibujo hecho por mí de una chica con un velo en la cabeza; no porque yo usara velos ni nada, sino que en ese período de mi vida yo dibujaba chicas con velos en la cabeza) y un muñequito de un dinosaurio que me había tocado en una golosina de Jurassic Park.
Guardamos todo y lo metivos en una bolsa. Lo enterramos en el jardín de una vecina (ninguna de nosotras tenía patio con tierra) y nos hicimos un mapita para ubicar dónde habíamos situado la caja.
Obviamente ese mapa desapareció al poco tiempo y nos olvidamos de la caja y del futuro.
11 años después me acordé. Pasé por la casa de la vecina donde la habíamos enterrado (Doña Nilda). La casa ya no existía más y habían construido una nueva en ese terreno. Nuestra cápsula del tiempo quedó tapada con cemento.