Martes 15:20 hs.
Me dispongo a tomar un taxi.
Hago mil acrobacias para acomodarme en el automóvil ya que llevo en mis manitos una gran foto enmarcada (para mi desgracia no está envuelta en ningún tipo de papel o bolsa, así que puede verse perfectamente).
Todo lo escrito entre paréntesis en el diálogo corresponde a lo que pensaba en el momento.
Taxista gordo y con cara de loquito: Hola linda...
Baty: Buenas tardes, a ... por favor.
T: Uy! esa foto la sacaste vos?
B: mseh.. (contesta en monosílabos, sino estás condenada)
T: ahhh pero venimos entonces de artistas...
B: ... (porqué el universo me odia????!!!!)
T: está buena che! y decime baby, hace mucho que sacás fotos?
B: (baby? BABY!!! me lastimaría mucho si me tiro de auto en movimiento? vamos a unos veinte km/h, peso aprox unos 45 kg, calle de adoquines...) No tanto.
T: Yo una vez tuve una novia que hacía un cursito nosedonde, y a mi no me gustaba mucho que lo haga vistes? a veces sacaban unas fotos así vistes, de gente en tarlipes (ahhhhhhhhhhhhhhhhhh) que estaban buenas... Vos sacas fotos así???
B: ...
T: Arte o lo que sea, pero eso está bueno. Viste como está el día? esta haciendo calorcito...
B: (ahh ahí reconozco la librería!! ya llegué!! respirá, respirá...) Es acá por mano derecha pasando el puestito de flores.
T: Bueno reina. (Reina? De ser una reina sería la de Alicia en el país de las maravillas, y estarías primero en la lista de decapitados. Será posible que cada vez que subo a un taxi... #%!$&/!!!)
Casi me bajo antes de que me de el vuelto.